miércoles, 21 de octubre de 2015

La levita

Un señor con levita que se parece a Pushkin no puede ser percebeiro. Tampoco Falete podría dedicarse a la natación sincronizada.-Dijo Anselmo antes de dejarme plantado en el acantilado. Nunca iba al grano, ejemplificaba sus teorías como si yo fuese demasiado tonto como para entenderle. ¡Qué tendría que ver llevar levita con recoger percebes entre las rocas! Está claro, eso si, que no me enseñaría el oficio así  que observé como bajaba hacia la playa. Lo hacía como si tuviera púas en manos y pies para engancharse a la piedra. Sólo una ola gigante y repentina logró soltarlo. Me pareció ver una levita descendiendo al fondo del mar. 

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